Milei y la Argentina peninsular: entre el realismo periférico y el “país-isla”

Milei y la Argentina peninsular: entre el realismo periférico y el “país-isla”

¿Aislamiento o pragmatismo geopolítico?

Basta con mirar el pasado reciente: durante el gobierno de Alfonsín, Argentina se opuso a la política exterior de Estados Unidos (como se vio especialmente en su viaje de 1985). Luego, bajo Menem, la relación con el país norteamericano se volvió tan estrecha que su canciller, Guido di Tella, la definió como “relaciones carnales”. Pocos años después, tras el fin del menemismo, el gobierno de Néstor Kirchner tomó distancia de Washington y apoyó a los movimientos socialistas regionales, simbolizado en el famoso “no al ALCA” junto a Lula da Silva y Hugo Chávez. Más tarde, el gobierno de Macri volvió a acercarse a las potencias occidentales, postura que Alberto Fernández terminó abandonando.

En las últimas elecciones, se plantearon dos alternativas claras: la equidistancia entre China y Estados Unidos, propuesta por Sergio Massa, y la alineación incondicional con Washington, propuesta por Javier Milei, quien resultó electo presidente. Este vaivén confirma que los partidos políticos argentinos tienen cada uno su estrategia internacional, pero el país en su conjunto carece de una política exterior sostenida en el tiempo. Esta inestabilidad se repite, además, en otras áreas de la gestión pública.

Con el gobierno de Milei, por voluntad o mera apariencia, podría decirse que asistimos en parte al regreso de algunas líneas propias del llamado realismo periférico, teorizado por Carlos Escudé, como eje rector de la política exterior. Esta corriente argumenta que el interés nacional debe definirse en términos de desarrollo económico, ya que sin crecimiento no hay posibilidad de proyectar poder. De ahí que resulte conveniente evitar el enfrentamiento con las grandes potencias cuando no sea imprescindible, para ahorrar costos elevados.

Milei lleva esta doctrina a sus extremos. El nuevo gobierno argentino apoya abiertamente las iniciativas internacionales de Estados Unidos, incluso aquellas que se posicionan a contramano del sistema internacional en general es de las pocas líneas históricas que ha mantenido la Política Exterior del país, esperando a cambio una ayuda que estabilice la economía local. Tal vez esa asistencia llegue: en las próximas semanas se conocerá el monto del nuevo préstamo del FMI y se especula que podría superar lo previsto. Si esos fondos se utilizan con prudencia y acompañan una reforma del régimen cambiario, podrían despejar la incertidumbre sobre el tipo de cambio hasta las elecciones y consolidar el levantamiento del “cepo” en un marco de mayor estabilidad financiera.

Ahora bien, cabe preguntarse si esa alineación total es realmente necesaria para obtener tales beneficios o si el costo de renunciar a una política exterior más autónoma supera las supuestas ventajas. El mismo Escudé señalaba que el realismo periférico no implica alinearse en todo con las grandes potencias, sino únicamente cuando el costo de no hacerlo sea particularmente alto.

 

En esta línea, la política exterior de Milei deja en un segundo plano la integración regional con Sudamérica, priorizando la incorporación unilateral de Argentina al llamado “mundo libre”. Esta noción geopolítica no es nueva: se asemeja a la idea del “país-isla” que el almirante Segundo Storni describió en Intereses argentinos en el mar (1916).

Storni también se enfocaba, sobre todo, en el desarrollo económico en lugar de las hipótesis de conflicto. Asimismo, consideraba que Argentina estaba separada del resto de Sudamérica por barreras geográficas, económicas y demográficas. Por un lado, los accidentes naturales y las grandes distancias dificultarían el contacto fluido con otros países de la región. En términos económicos, Storni argumentaba que Argentina dependía de la exportación de productos al mundo desarrollado a través del puerto de Buenos Aires, manteniendo escasos vínculos con el interior sudamericano. Por último, a nivel demográfico, subrayaba que Argentina era mayoritariamente un país de migrantes europeos, distinto del resto de naciones sudamericanas, con predominio de poblaciones indígenas y mestizas. Para Storni, la amistad con los países vecinos solo tenía importancia en la medida en que facilitase la navegación y el intercambio de mercancías; por eso veía a Brasil, Uruguay, Chile y Perú como naciones clave, dado su acceso al Atlántico y al Pacífico.

No obstante, la visión de “país-isla” que pudo tener sentido a comienzos del siglo XX presenta hoy dificultades evidentes. La distancia entre Argentina y el mundo desarrollado se ha ampliado, la influencia de Estados Unidos creció y otras potencias como Rusia y China también arraigaron su presencia en la región. En este contexto, el aislamiento geopolítico resta fuerza a la hora de negociar en el plano internacional. Una asociación regional sólida podría resultar favorable para Argentina, especialmente si ejerce un liderazgo decisivo (aunque la posición de Brasil siga siendo incierta). Europa atraviesa un dilema similar: a pesar de sus nacionalismos, la necesidad de un bloque unido para enfrentar los retos actuales se impone. Sin un bloque de relevancia continental, negociar de igual a igual con las grandes potencias se vuelve muy complicado.

Por otra parte, la integración regional no es viable sin una previa consolidación de la integración nacional. La mejor forma de defender los intereses argentinos radica en conformar una alianza sudamericana en la que el país pueda ejercer un papel de liderazgo. No solo es dudoso que Brasil ocupe ese lugar, sino que las propuestas de liderazgo anteriores han fracasado a la hora de ofrecer un modelo para toda Sudamérica.

El realismo periférico, en definitiva, busca crear oportunidades de desarrollo económico para Argentina sin modificar drásticamente su posición actual, lo cual puede servir como paso previo hacia una integración regional más ambiciosa. Desde esa óptica, puede justificarse. Sin embargo, como meta final de la política exterior argentina, se queda corto.

También te puede interesar:

Últimos contenidos