Tecnología y Gestión Pública: Cuando el futuro llega a la puerta

Tecnología y Gestión Pública: Cuando el futuro llega a la puerta

Una nueva gestión pública se escribe con código, no con papeles.

Cuando abordamos la interacción entre tecnología y políticas públicas, emergen diversos ángulos de análisis. Podemos considerar el uso de la tecnología para el desarrollo, las tecnologías estratégicas para diseñar programas educativos o una vasta gama de temas igualmente relevantes.

En esta oportunidad, quisiera referirme a algo más concreto, básico y de corto plazo.

Pensemos en cómo la tecnología puede mejorar la interacción cotidiana entre las personas y “lo público”.

¿qué tecnologías podríamos aplicar hoy mismo para mejorar la calidad de vida de la gente?

La relevancia del tema se refleja en la cantidad de trabajos académicos presentados al respecto (1) y en los numerosos proyectos financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la región (2).

En Argentina, ya se han dado pasos importantes entre los que podemos citar el Portal Mi Argentina, los portales para renovación de CNI, Pasaportes o licencias de Conducir, facilidades para el pago de impuestos, por citar algunas.  

Pero queda mucho por hacer.

Un concepto clave en este camino es la «Transformación Digital».

Llevado al ámbito público, este término implica la incorporación de nuevas tecnologías para optimizar el funcionamiento institucional, reducir costos, mejorar servicios, acelerar procesos y facilitar el trabajo de los funcionarios.

Pero atención: no se trata solo de sumar tecnología.

La verdadera transformación digital exige repensar procesos, rediseñar circuitos y, sobre todo, gestionar el impacto de estos cambios en las personas: funcionarios, usuarios y vecinos.

Un ejemplo básico: La incorporación, de una herramienta informática de gestión de reclamos.

Facilitaría el trabajo de los funcionarios ya que en lugar de múltiples tipeos contaría con una plantilla preconfigurada y reduciría la cantidad de tareas repetitivas.

Los reclamos pendientes podrían tener un historial documentado de lo que se fue haciendo y e determinaría el tiempo de resolución o la causa que impide la misma.

Al tener la información centralizada se podrían obtener estadísticas sobre performance en cuanto a la atención o resolución, el origen de los reclamos, su cantidad, las zonas, las relaciones entre reclamos y rango etéreo o género. En definitiva, otorgaría la posibilidad de definir datos a colectar que buen utilizados aportarían a mejorar la gestión.

Un aporte fundamental, siempre y cuando haya voluntad política, es que un sistema informático asociado a un proceso bien diagramado establecería una sinergia entre ambos que incrementaría sustancialmente la transparencia.

En escala vecinal, si bien en algunos municipios se observan grandes avances en cuanto a la utilización de la tecnología para mejorar la calidad de vida de la gente, en otros se observan falencias importantes.

Estas diferencias, generan, no solo “desigualdad” en cuanto a facilidad a la hora de tener que hacer trámites entre los vecinos de municipios con más o menos utilización de recursos digitales, sino que amplifican otro inconveniente. Que es la falta de integración o al menos la posibilidad de compartir datos entre las comunas, haciendo que algunos trámites sean todavía una madeja kafkiana. (3)

En Argentina, si bien se encuentran definidas políticas y recomendaciones precisas apuntando a la transformación Digital para la innovación en la Administración Pública (4), es necesario afianzar esos procesos y preferiblemente de la forma más homogénea a integradora posible. A los efectos de fortalecer la interoperabilidad e integración entre los sistemas de los diversos municipios y estandarizar los procedimientos.

Para esto es necesaria una visión o estrategia provincial o incluso nacional. Si esa visión estratégica llegase a ser consensuada políticamente de forma de ser sustentable y coherente en el tiempo, permitiría que dicha transformación sea más rápida, efectiva, económica y transparente.

Como dijimos anteriormente no solo pensar en los aspectos tecnológicos sino también de procedimientos, jurídicos, normativos y, fundamentalmente, en la gente.

La incorporación de nuevas tecnologías no solo cubre los aspectos administrativos, sino que pueden abarcar casos tales como el del control del alumbrado público. Aún hoy vemos luces encendidas a plena luz del día. Tecnología básica permitiría ahorrar recursos y hacer más eficiente el servicio. Como así también el de sistemas de semáforos inteligentes, no dependiendo de tiempos prefijados sino priorizando la fluidez del tráfico o el paso de ambulancias, bomberos o policía. Como los implementados en París, Copenhague o Portoviejo, Ecuador.

En conclusión, es mucho lo que se puede lograr, introduciendo tecnología en las instituciones públicas. Previamente es recomendable realizar un minucioso análisis de las necesidades, priorizarlas, evaluar la factibilidad técnica y económica, y analizar las diversas propuestas considerando siempre a la gente involucrada y la cultura de la institución.

Porque digitalizar sin adaptar la cultura para el cambio es tan inútil como costoso.

1_ Alexandra Lorena López Naranjo, Gilma Gabriela Uquillas Granizo, Ibett Mariela Jácome Lara, Francisco Paúl Pérez Salas, La transformación digital en la administración pública: evolución y tendencias de investigación.

2_ https://www.iadb.org/es/noticias/municipio-de-ourinhos-en-brasil-modernizara-su-sistema-de-salud-con-apoyo-del-bid

3_ Bellomo, S. y Oszlak, O. (2020). Desafíos de la administración pública en el contexto de la Revolución 4.0. Konrad Adenauer Stiftung. https://www.kas.de/documents/287460/4262432/desafios_revolucion_4_0.pdf

4_ Novomisky, S. (2023). Tecnologías y transformación digital para la innovación en la Administración Pública. Estado Abierto. Revista sobre el Estado, la administración y las políticas públicas, 7(3), abril-julio, 165-202.

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